Este año 2020 estamos ante un cambio de paradigma que nos ofrece la oportunidad de reflexionar, repensar y replantearnos entre otras cosas como posicionarnos frente al cambio. Es indispensable contar con una comunidad receptiva, abierta y técnicamente preparada para el cambio.
Es tarea de todos promover la transformación de concepciones y actitudes muy arraigadas en nuestra sociedad. Desde mi lugar como Arquitecta y CI tengo como objetivo aportar una función social desde este doble rol. -Concientizar sobre las distintas problemáticas habitacionales y sobre la evolución del Hábitat. -Promover la accesibilidad universal y la eficacia de la prevención. -Visibilizar que el diseño accesible de las edificaciones y de los espacios públicos no sólo permite compensar las diferencias que limitan el libre desplazamiento de las personas con discapacidad, sino que además brinda facilidades adicionales al resto de la población.
Todos somos beneficiarios de la accesibilidad pero muy especialmente los adultos mayores, todas aquellas personas que poseen disminución en sus capacidades sensoriales, motoras, cognitivas, etc., o bien aquellas personas que por circunstancias transitorias encuentran dificultades para disponer del total de sus capacidades: mujeres embarazadas, personas con niños en brazo, cochecitos de bebes o bultos, quienes han sufrido algún tipo de lesión sin secuelas permanentes, incluso los extranjeros que desconozcan el idioma local, tienen disminuida su capacidad, etc. En el ejercicio de la actividad inmobiliaria es usual escuchar frases como: “ya nos cuesta subir las escaleras para acceder a los dormitorios”; o bien toman conciencia de que sus necesidades van a superar la capacidad de adaptación del inmueble.
Por otra parte en la actualidad no existen recursos público ni privados que garanticen una oferta de viviendas accesibles. Encontramos variadísimos proyectos inmobiliarios, con calidades medias en su gran mayoría, donde el común denominador es satisfacer un resguardo económico para los inversores, saturando el mercado de viviendas de similares características y sin ofrecer algo diferencial tanto al inversor como al usuario final.
En mi caso el hecho de convivir con un familiar que sufrió un accidente que le provocó una discapacidad permanente, me hizo necesariamente reflexionar acerca de un nuevo concepto en espacios habitacionales, encontrando en la arquitectura una herramienta igualadora capaz de brindar autonomía hogareña, ofrecer seguridad y aumentar las posibilidades para una mejor calidad de vida. Lo cierto es que la discapacidad es un tema que nos atraviesa a todos, nadie está exento directa o indirectamente como en mi caso personal.
La Filosofía del Espacio es impedir que la escasa capacidad funcional limite la vida de una persona. Es por esto que planteamos una Arquitectura propositiva, anticipadora, flexible e innovadora que tiene a la accesibilidad como variable de diseño. actualmente la accesibilidad ha dejado de ser sinónimo de supresión de barreras físicas para adoptar una dimensión preventiva y amplia.
El diseño universal intenta conseguir productos y entornos que sean utilizable por todas las personas sin tener que recurrir a las adaptaciones o a diseños especializados, intenta favorecer a todas las personas sin tener en cuenta edad o grado de habilidad, tanto física como intelectual. Cuando no sea necesario adaptar espacios urbanos y edificios existentes habremos cumplido un objetivo mayor, recordando que la mejor accesibilidad es la que no se percibe pero está al alcance de todos y que un espacios puede ser ético y no por eso menos estético.
Arquitecta y CI Andrea Arregui . Integrante de las Cámaras Inmobiliarias de Rosario (CADEIROS – CEIR). Titular de AREAPUNTOARQUITECTURA.