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¡Hagamos un arreglito!

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Tips para planificar pequeñas remodelaciones, sin salirse de presupuesto y que el proceso no sea eterno.

Julieta Dominga – Organizadora de Espacios.

Me encanta tener el control de todo como buena “obse” que soy. Muy a menudo trato de hacer mi mejor esfuerzo y delego, pero después siempre algo se complica y tengo que volver a tomar las riendas.

El último “arreglito” en casa tuvo sus bemoles y lo que iba a resolverse en 20 días, terminó extendiéndose dos meses.

 “Hagamos un arreglito” fueron las palabras mágicas para que en septiembre del año pasado, con la agenda explotada de organizaciones, abandonara la obra en manos de otros, incluyendo marido, pintor, electricista y carpintero. Personas muy hermosas y que volvería a elegir, pero un poquito dispersos.

Ahora bien, levante la mano quien dijo alguna vez la frase que titula esta columna y el arreglito terminó siendo una obra de ¡tres meses! Como todo en la vida, la casa no está exenta de esto y cuando tenemos la posibilidad de planificarlo, se disfruta aún más. Y por supuesto, optimizamos en recursos económicos y humanos.

UN PEQUEÑO “REFRESH”

Empezamos a mirar nuestra casa con otros ojos, ya no nos gusta, la vemos antigua, pasada de moda o un poquito estropeada. Pero por ahora, mudarnos o comprar una nueva no es la posibilidad que tenemos; entonces un “refresh” es la mejor y más accesibles de las opciones. Hablo de pintar puertas, mover muebles, cambiar cuadros de lugar, armar rincones de plantas, sumar almohadones y mantas a los sillones. Y también agrego la aventura de empezar a tirar paredes para ampliar un espacio o levantar pisos o cambiar las cañerías (mientras escribo deseo una casa inteligente y “autoarreglable”.

En fin, como siempre hablo de lo ideal y lo posible, en este caso lo sería contratar a alguien especializado/a para que se ocupe de coordinar y llevar a cabo las reformas, como un maestro mayor de obras o un arquitecto/a. Claro que la mayoría de las veces no contratamos a la persona indicada y por cuestiones presupuestarias terminamos buscando lo más barato,  personal no capacitado correctamente y a la corta, como dice mi madre, “lo barato sale caro” y aprovecho esto para dejar un ·TipJD:

“Mejor poco y bueno que mucho y berreta”.

Con esto quiero decir que vayan de a poco haciendo arreglos, que no les gane la ansiedad ya que termina afectando el presupuesto que teníamos previsto. Claro que si se dan maña, tienen buena mano para el fratacho y algo de conocimiento del  tema, no van a tener problemas para llevar adelante “los arreglitos”.

De todos modos, creo que planificar el proceso y consultar con un especialista que nos dé las pautas generales para trazar, de comienzo a fin, el paso a paso de la obra y estimar imprevistos.

PLANIFICAR EL PROCESO

De acuerdo a mi experiencia, hay 5 pasos fundamentales que debemos tener en cuenta.

1-      Proyectar.

Delinear qué queremos hacer y cómo.

2-      Determinar un presupuesto posible

Mano de Obra + Materiales + Un plus para imprevistos. 

3-      Busquen información sobre los materiales a usar

Por ejemplo, si vamos a pintar sabés qué tipo de pintura nos conviene, lo mismo si vamos a cambiar los pisos o empapelar el cuarto de los chicos.

Anímense a salirse de los límites y dejen jugar a la imaginación, mientras el presupuesto le dé. 

4-      Cultiven la paciencia.

Nunca jamás conocí a alguien del rubro que cumpla con el tiempo prometido, por lo cual este ítem es fundamental. 

5-      Bajen el nivel de compulsión.

Respiren y piensen si es necesario lo que van a hacer, traten de disfrutar los procesos. No compren cosas que no saben si van a usar. Los detalles para lo último siempre.

Y a modo de cierre, un consejo (aunque no me lo pidan): Anímense a salirse de los límites y dejen jugar a la imaginación, mientras el presupuesto le dé.

Nos leemos en la próxima columna de JD para Inmuebles de La Capital.

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