Vivimos rodeados de pequeños seres que muchas veces nos resultan desagradables, pero no siempre constituyen una plaga. Los quirópteros-familiarmente conocidos como murciélagos-, por ejemplo, no son considerados plaga. Si bien producen molestias y pueden causar enfermedades relacionadas con sus deposiciones, también cumplen funciones benéficas para nuestro ecosistema y se encuentran protegidos por una ordenanza municipal. Estos animalitos, entonces, no pueden ser eliminados sino controlados.

Las plagas sinantrópicas, como las ratas o las cucarachas, también cumplen una importante función social, aunque resulte difícil de creer: la desobturación de redes cloacales. Sin embargo, cuando ingresan en una propiedad pueden ser muy peligrosas y producir grandes daños.

Edificios antiguos, obras en construcción, montículos de arena, desagotes pluviales, cámaras de inspección y pallets de madera son algunos de los lugares que propician las condiciones de humedad y temperatura necesarias para la reproducción de plagas urbanas.

Alacranes, pulgas, garrapatas, hormigas y gorgojos –entre otras- también constituyen especies comunes e indeseadas en nuestra cotidianeidad. Todas ellas pueden ser controladas o eliminadas, tomando los recaudos necesarios para evitar su propagación y mediante un adecuado servicio profesional.

“Nosotros trabajamos con los productos que están permitidos por la OMS o por el Ministerio de Salud pero buscando la mejor manera de aplicarlos; tal vez repitiendo o haciendo un ciclo para poder controlar la plaga -explica Marina Salina-. En Rosario hay una ordenanza municipal -la N° 7713/2004- que regula todo lo que es control de plagas urbanas”

Entonces, ya sea que se utilicen cebos, geles u otras sustancias, todos ellos deben asegurar la no toxicidad para las personas y las mascotas. Éstos deben mantener la asepsia de los lugares y sólo como último recurso podría aplicarse un producto químico más poderoso, pero en la menor cantidad posible. “Hoy por hoy se trabaja con productos domi-sanitarios que son diferentes de los fumigantes, por lo cual también se diferencia el control de plagas de la fumigación”.

En cuanto a prevención, la especialista recomienda “mantener la higiene, tratar de tener cuidado con cómo ingresa la mercadería en nuestras casas u oficinas, no apoyar las bolsas del supermercado sobre la mesada ni acopiarlas luego de su uso. Si se compran packs de gaseosas, descartar inmediatamente los plásticos”.

Respecto dela desinfección y control de plagas profesional, en la mayoría de los comercios y consorcios se realizan una vez al mes, bimestralmente en oficinas y en casas particulares alcanza con efectuarlos una vez al año. También debería fumigarse en las obras en construcción. Se desaconseja el uso de aerosoles comerciales dado que son altamente nocivos para la salud.