En la última década el mercado inmobiliario ha ido mutando, dejándose atrás la vieja relación interpersonal que existía entre la inmobiliaria y su cliente, materializándose esta última a través de diversos canales de comunicación, lo cual le ha aportado un mayor dinamismo.

Ello, es el producto del acceso que la comunidad en general tiene a las nuevas tecnologías y, en consecuencia, a todo tipo de información. Como pasa en otros rubros de prestaciones de servicios las agencias inmobiliarias no somos ajenas a estos cambios, debiendo capacitarnos constantemente y adaptar nuestros procesos de gestión tanto internos como externos a fin de no perder nuestra clientela cada vez más exigente.

Estos nuevos desafíos, solo pueden superarse con éxito en la medida en que las agencias inmobiliarias seamos versátiles, teniendo la capacidad para moldear nuestros sistemas de comercialización a la nueva dinámica del mercado inmobiliario, espojándonos de estructuras rígidas y retrógradas. A modo de ejemplo, debemos prestar atención a la forma de comunicación, empleando mayor calidad en las imágenes, como así también material multimedia y desarrollando constantemente nuestra creatividad a la hora de presentar una propiedad y/o para la captación de nuevos clientes.

Ahora bien y, sin perjuicio de que los cambios enunciados resultan radicales y vertiginosos, hay aspectos de la actividad que no han variado: el mercado inmobiliario continuará siendo el lugar de resguardo de capital e inversiones (tanto en pesos como en dólares) de los más rentable en Argentina.

CI Bruno Capucci - Mat. 469, miembro CEIR