Seguimos avanzando y transitando este 2020. El cambio y la transición son un hecho. El rol del corredor inmobiliario en los escenarios locativos fue, es y será determinante para encontrar soluciones o posibles alternativas entre las partes. Cobra vigencia hoy más que nunca para añadir confianza y sentido común a esta realidad tan compleja donde, muchas veces, encontramos partes de un contrato muy distantes entre sí. Que un corredor inmobiliario sea parte de un contrato, le agrega a esa relación un conocedor del mercado con sus normativas y un actor determinante a la hora de abordar la búsqueda de soluciones, teniendo a la objetividad como estandarte de la profesión.
La faceta de la mediación, el conocimiento personal de los actores con sus particularidades, la presentación de posibles soluciones a través de propuestas para encontrar puntos de acuerdo, entre otras variables, vienen a consolidar algunos de los objetivos conseguidos por los profesionales que intervenimos en la cotidianeidad del sector inmobiliario. La empatía, la transparencia, el sentido común sumado a que conocemos las verdaderas dificultades que atraviesan tanto el inquilino como el propietario, nos posicionan en un lugar clave a la hora de la intermediación. Todo esto, sumado al panorama que tenemos por delante, pone en evidencia la clara convicción que nuestro rol jamás dejará de ser imprescindible.
Algunos pocos actores oportunistas nos quieren ver como meros e intrascendentes sujetos del mercado, qué no son más que prejuicios y falsos relatos sin sustento. Darles entidad es un error; ante ello la mejor respuesta es ver la consolidación del Corredor Inmobiliario como un profesional. Claro que depende mucho de nosotros continuar por el camino de la profesionalización. Sigamos por ahí. Sepamos que tenemos por delante una enorme posibilidad que llega como nunca antes habíamos tenido. Que toda esta problemática sanitaria a nivel mundial, pueda dejarnos algo más que números desalentadores desde la salud. Que esta pandemia, que llegó para dificultar los diferentes vínculos sociales y comerciales, nos den la posibilidad de seguir encontrando respuestas, acercamientos y puntos de encuentro.
Muchos acuerdos se facilitaron gracias a nuestra gestión, ahora nada hubiese sido posible sin el esfuerzo compartido entre locadores y locatarios que entendieron la compleja situación que estamos atravesando. Pero aun así, muchos más nos queda por hacer. Ayer, hoy y siempre, el reconocimiento de la sociedad sólo depende de nosotros.
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