Hoy todos los corredores inmobiliarios estamos conectados; tenemos más de diez grupos de Whaps, Telegram, Foros, Facebook, etc., y no dejamos de sorprendernos de la cantidad de visitas y contactos que se empezaron a generar en nuestros perfiles de redes sociales a partir de que se anunció el levantamiento o flexibilización de nuestra actividad. Más allá de que en el período estricto de cuarenta estábamos bastante ocupados con la administración de alquileres, desde el momento que se permitió mostrar las propiedades, comenzaron a suceder cosas que podríamos calificar como insólitas.
A modo de ejemplo, quisiera compartir lo que nos contó Mariano, CI de una inmobiliaria de Funes. Según relató, lo llamó una clienta para coordinar la visita de una casa y estaba muy bien informada de las medidas de seguridad, a tal punto que ella misma le especificó todo lo que tenía que poner en el permiso de circulación que le debía mandar. “La verdad que el nivel de información y detalle del que disponía no solo me asombró, sino que hasta me pareció un dato de color, en medio de toda la situación”, manifestó Mariano.
Cómo se desarrolla la visita
En este mismo tono, pero ya hacia el otro extremo, otro colega relató que le tuvo que repetir varias veces a una clienta que cuando llegara a la dirección acordada, no podían saludarse ni tocarse. Quienes tenemos tantos años trabajando en la venta, el dar la mano, un beso e incluso un abrazo es algo muy usual y es signo de la relación que tenemos con el cliente. Entonces, la primera sensación que hoy nos aparece es que estamos quedando como unos mal educados.
Una parte que resulta graciosa es el tener que mostrar un inmueble que, por protocolo, debe estar sin gente. Muchos de los inmuebles que se alquilan, están todavía habitados en la etapa de exhibición. Es así que debemos hacer malabares para que los actuales ocupantes dejen su propiedad para que ingrese gente desconocida. Una verdadera proeza cumplir con todos estos requisitos!!!
Y ya que hablamos del respeto a todas las normas de protocolo, otro corredor inmobiliario contó cómo viene desarrollando esta parte de la actividad: llegó en primer lugar al edificio, abrió las ventanas y roció todo con un spray que contiene 70/30 de alcohol y agua (para ponerle el toque de humor acotó en el grupo que 90/10 es para el Fernet). Cuando llegó la pareja que venía a visitar el departamento, les entregó un termómetro para que se tomen la fiebre, los roció con spray, se tomó la fiebre él, luego les pidió que subieran de a uno y que trataran de no tocar nada… que dejaran todo abierto que luego él se encargaba de cerrar. Al finalizar la visita no le quedó otra que decirles… “Después de todo el operativo que hicimos por favor no me van a decir que no les gustó”, el chiste surtió su efecto ya que acordaron transferir la seña para el alquiler.
Las anécdotas seguirán surgiendo, ya que aún quedan muchos meses en los que seguiremos trabajando en convivencia con este virus. Pero lo más importante es que pudimos volver a trabajar porque las autoridades se dieron cuenta que cumplimos un rol fundamental para la sociedad. Con eso nos alcanza para sentirnos parte de un grupo de héroes que seguimos desarrollando nuestra actividad.
Leandro Ramirez Loy - Integrante de la Comisión Directiva de CADEIROS