Han pasado ya las épocas de encierro total, las inmobiliarias y los constructores comenzaron actividades en horarios parciales, o con personal reducido. Hubo un cambio, innegable, de hábitos de consumo. Muchos planteos psicológicos y sociológicos, mucho tiempo para pensar.
Cada uno interiorizó el cambio como pudo. Muchos decidieron que lo próximo será mudarse de la urbe a lugares más verdes, donde poder hacer una vida más simple y balanceada en el caso de que ocurran situaciones similares. Surgieron cambios familiares, familias separadas que no se podían ver. La bendita cuarentena, nos mostró qué pequeños somos ante una globalización ya presente.
En el caos, surgieron operaciones de permuta, y no solo de permutas: inmueble-inmueble. Entraron en acción los autos. Anticipándose a esto que se veía venir, dos empresas, con características diferentes se unieron para dar un servicio integral: entrega tu movilidad y te financiamos el terreno. O entrega tu auto y lo vendemos en el tiempo que tardamos en firmar.
Hoy los autos son un bien de cambio preciado, una fuente de recursos ahorrados que puede ser el puntapié inicial para llegar a tu terreno, departamento o casa.
Fiducia, servicios inmobiliarios, apuesta a la actividad inmobiliaria, y mediante una alianza estratégica con Lamas Automotores, ambos miembros de la Comunidad de Negocios Inmobiliarios de Rosario, se entrelazaron para brindar a sus clientes un servicio diferencial, que por otra parte cada una de las empresas da de por si a sus clientes.
Con la seriedad que caracteriza a los miembros certificados por LCNI, están facilitando el acceso a la vivienda, al sueño de poseer un hogar a muchos que se acercan a consultarlos. Máxime hoy que hay una necesidad de casa propia, espacios verdes particulares, o departamentos que además permitan una estancia más prolongada en un trabajo home office o mix.
Este es un ejemplo de colaboración creativa, en pro de resolver una situación especial. En esta oportunidad, el interesado de la compra de un departamento, pudo realizar la operación gracias a la entrega del segundo auto familiar en parte del pago, de una forma creativa. Luego de un lapso de 30 días, si la concesionaria no vendía el auto, la misma agencia lo compró y permitió a los interesados concretar la operación inmobiliaria.
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