Hoy es momento de comprar y no de vender inmuebles
El precio de construir un inmueble en la Argentina está en los mínimos históricos de los últimos 15 años medidos en dólares. Para retrotraernos a un escenario similar, debiéramos remontarnos al 2005.
En aquel entonces, el país no detenía su crecimiento y el costo de oportunidad invitaba a inversores al igual que consumidores finales a la compra de inmuebles. Si bien el contexto actual es completamente diferente, existen puntos de coincidencia que permiten vislumbrar que estamos ante un nuevo ciclo de expansión en los desarrollos inmobiliarios.
En épocas de crecimiento económico, quienes necesitan comprar una propiedad observan con preocupación cómo los precios suben. En momentos de depresión y cuando los valores de los instrumentos financieros se derrumban, otros se preguntan si no habría que volver a concentrar los ahorros en algo seguro como los inmuebles. Mas aún, con los costos actuales de construcción, invertir ahora en ladrillos, es hacerlo en un ciclo donde la baja de costos ya se produjo.
Para quienes tienen raíces en los inmigrantes de principios de siglo pasado, invertir en ladrillos es algo así como un mandato cultural. Las raíces del mediterráneo con origenes entre españoles e italianos, hace que la elección de ser propietarios no pase por la rentabilidad. El techo o la casa propia es algo que se transmite de generación en generación.
Las bondades de la inversión inmobiliaria trascienden todo tipo de coyunturas y proporcionan un valor agregado de largo plazo. Los ladrillos, como inversión conservadora representan un riesgo escaso, por eso tomar una decisión adecuada es analizar en detalle cada uno de estos aspectos. Es precisamente una combinación de estos elementos, lo que hoy lleva a muchos inversores a inclinarse por la compra de inmuebles al momento de evaluar que hacer con sus ahorros.
El Corredor Inmobiliario y desarrollista Ari Milsztejn reconoce que “el mercado de Rosario es un mercado que en las crisis siempre se sinceró mas rápido y por ende se recupera comparativamente mucho antes que Buenos Aires. Nuestra ciudad es mas pragmática a la hora de resolver las crisis, un claro ejemplo fue en el 2002, tras el corralito de un viernes a un lunes pasaron a valer 50% menos en dólares. El sinceramiento es una ventaja a la hora de resolver las crisis y por ende la recuperación es mas rápida”.
En relación al perfil del inversor actual no pierde de vista que es selectivo y mas especulador por el contexto actual, no obstante ello el argentino esta muy arraigado en dos inversiones, en dólares y en ladrillo. Desde el 2002 hasta hoy se han hecho comparaciones de monedas, y la propiedad siempre estuvo por arriba de cualquier canasta de monedas. Al tener nosotros tener una economía tan variable y con una moneda local débil, el rosarino sabe que el ladrillo siempre esta, supera cualquier crisis y que en definitiva mas allá de los ciclos, siempre se recupera. Su compra esta mas relacionada a un resguardo de valor que de una rentabilidad locativa, hoy atraviesa un momento muy bajo, la gente mira el resguardo de valor fuera de los vaivenes de la economía, lógicamente que hay momentos en que sube y baja”
En relación a los valores actuales, Ari no duda que este es el momento para comprar al afirmar que “estamos en un valor similar de costo construcción post devaluación del 2004/2005 y que va a tener posibilidad de apreciación. Pero no hay que perder de vista que el argentino medio compra cuando sube y vende cuando baja, piensa a la inversa. Cuando la propiedad estaba por las nubes con las UVA se despachaban departamentos y ahora que es realmente el mejor momento para comprar, paradójicamente no tenés cola en la oficina con gente queriendo comprar departamentos.
Pasa lo mismo con el dólar, cuando sube sale la gente corriendo a comprar y no al revés, es una mentalidad que la venimos arrastrando desde hace mucho y que en algún momento tendremos que cambiar. No es por una cuestión de vender, pero es momento de comprar porque va a haber un rebote nadie sabe si en 6 meses o 1 año, pero claramente habrá un rebote en el mercado. Pero con estos valores en dólares es negocio entrar y no salir”
En referencia a la viviendas suburbanas y el crecimiento de demanda a partir de la Pandemia asegura que es un fenómeno que ya se visualiza y agregó “hay muchas parejas jóvenes que quieren tener su primer vivienda y ven mucho más accesible la compra de un lote en un barrio de Roldan y Funes para empezar a edificar en un momento donde el costo de construcción está a valores históricos y donde pueden manejar los desembolsos que necesitan a criterio propio y no meterse en un compromiso fijo con la cuota de un de departamento.
A partir de la Pandemia se puede potenciar la posibilidad de una migración hacia el suburbano de nuestra ciudad de Rosario donde en cualquier localidad del gran Rosario estas en 25 a 30 minutos de auto del centro de, por ello la gente ve como una opción concreta que la búsqueda de otras opciones por fuera de la ciudad.
No obstante ello, la gente ya no quiere viajar todos los días después de la Pandemia, es por ello que se empiezan a crear centros urbanos alrededor de los countrys o barrios para ello la infraestructura del lugar es clave. El que está en Funes prefiere ir a los oficinas del shopping y no ir al centro, los centros médicos ya lo vieron y empezaron a trasladarse a Funes, se empiezan a ver edificios corporativos de oficinas donde se crean entornos de trabajo y no solo de vivienda”