La compra de bienes raíces es una de las inversiones más seguras al momento de proteger el patrimonio individual de las personas. La estabilidad, seguridad y rentabilidad son algunos de los pilares fundamentales al momento de analizar la alternativa del ladrillo.
En Argentina a diferencia de lo que sucede en el mundo, la compra de inmuebles está marcada por un perfil de inversor no sofisticado que vuelca sus ahorros en propiedades como un mecanismo de proteger su capital en un país donde a lo largo de los últimos 40 años, careció de una moneda estable.
La seguridad jurídica, la estabilidad (resguardo de valor) y la rentabilidad que esta última fluctúa según los ciclos económicos del país, hace que siempre sea un buen momento para la compra de inmuebles para aquellos inversores no calificados que tienen un excedente económico.
El Corredor Inmobiliario y desarrollista Ari Milsztejn reconoce que “el mercado de Rosario es un mercado que en las crisis siempre se sinceró mas rápido y por ende se recupera comparativamente mucho antes que Buenos Aires. Nuestra ciudad es mas pragmática a la hora de resolver las crisis, un claro ejemplo fue en el 2002, tras el corralito de un viernes a un lunes pasaron a valer 50% menos en dólares.
El sinceramiento es una ventaja a la hora de resolver las crisis y por ende la recuperación es mas rápida”. En relación al perfil del inversor actual no pierde de vista que es selectivo y más especulador por el contexto actual, no obstante ello el argentino esta muy arraigado en dos inversiones, en dólares y en ladrillo. “Desde el 2002 hasta hoy se han hecho comparaciones de monedas, y la propiedad siempre estuvo por arriba de cualquier canasta de monedas. Al tener nosotros una economía tan variable y con una moneda local débil, el rosarino sabe que el ladrillo siempre esta, supera cualquier crisis y que en definitiva mas allá de los ciclos, siempre se recupera. Su compra esta mas relacionada a un resguardo de valor que de una rentabilidad locativa, hoy atraviesa un momento muy bajo, la gente mira el resguardo de valor fuera de los vaivenes de la economía, lógicamente que hay momentos en que sube y baja”
En relación a los valores actuales, Ari no duda que este es el momento para comprar al afirmar que “aún estamos en un valor casi similar de costo construcción post devaluación del 2004/2005 que no dura para siempre pero que va a tener posibilidad de apreciación. Tampoco hay que perder de vista que el argentino medio compra cuando sube y vende cuando baja, piensa a la inversa. Cuando la propiedad estaba por las nubes con las UVA se despachaban departamentos y ahora que es realmente el mejor momento para comprar, paradójicamente no tenés cola en la oficina con gente queriendo comprar departamentos.
Pasa lo mismo con el dólar, cuando sube sale la gente corriendo a comprar y no al revés, es una mentalidad que la venimos arrastrando desde hace mucho y que en algún momento tendremos que cambiar. No es por una cuestión de vender, pero es momento de comprar porque va a haber un rebote nadie sabe si en 6 meses o 1 año, pero claramente habrá un rebote en el mercado. Pero con estos valores en dólares es negocio entrar y no salir” Respecto a la estacionalidad del dólar y como repercute en el mercado inmobiliario para Ari es inversamente proporcional, el argentino especula en dólares, el mercado es muy particular pero una estabilidad en dólares ayuda a la toma de decisiones en la compra de inmuebles,
Se nota una mayor demanda aunque hay un mercado claramente marcado por lo especulativo, el que tiene dólares ahorrados, ve que tiene capacidad compra intenta comprar la oportunidad. Cuando un auto Premium vale lo mismo que un departamento, es momento de comprar un departamento” En referencia a los valores agregó “todavía hay recorrido de rebote de precios a mediano plazo aunque los valores han comenzado a subir, la inflación esta corriendo mas rápido que el aumento del billete. Tampoco hay que perder de vista el faltante de materiales, en parte producto de la pandemia y en parte por la especulación propia de nuestra país. El “veranito” con este costo de construcción no va a durar para toda la vida.”
En relación al aumento de los commodities medidos en dólares, para Ari Milsztejn “Si bien la suba del poder adquisitivo del campo siempre es algo importante, en Rosario del 2008 a esta parte el perfil del comprador migró al empresario local, profesional independiente al industrial y menor proporción al comprador vinculado con el campo. Para finalizar y en referencia a la viviendas suburbanas y el crecimiento de demanda a partir de la Pandemia asegura que es un fenómeno que vino para quedarse y agregó “hay una nueva ola de ir a lo aledaño a Rosario, la ciudad crece para el oeste (Funes, Roldan), muchas parejas jóvenes que quieren tener su primer vivienda y ven mucho más accesible la compra de un lote en un barrio de Roldan y Funes para empezar a edificar en un momento donde el costo de construcción está a valores históricos y donde pueden manejar los desembolsos que necesitan a criterio propio y no meterse en un compromiso fijo con la cuota de un de departamento.
A partir de la Pandemia se puede potenciar la posibilidad de una migración hacia el suburbano de nuestra ciudad de Rosario donde en cualquier localidad del gran Rosario estas en 25 a 30 minutos de auto del centro de, por ello la gente ve como una opción concreta que la búsqueda de otras opciones por fuera de la ciudad. La opción de compra y acceso a la vivienda es solo a través de un terreno, donde es una alternativa que se puede transformar el dia de mañana en una vivienda y dejar de alquilar. No obstante ello, la gente ya no quiere viajar todos los días después de la Pandemia, es por ello que se empiezan a crear centros urbanos alrededor de los countrys o barrios para ello la infraestructura del lugar es clave.
El que está en Funes prefiere ir a los oficinas del shopping y no ir al centro, los centros médicos ya lo vieron y empezaron a trasladarse a Funes, se empiezan a ver edificios corporativos de oficinas donde se crean entornos de trabajo y no solo de vivienda”