Proyección y propuestas de un gran referente del real estate
Damián Tabakman es arquitecto, master en finanzas y actual presidente de la Cámara Empresaria de Desarrolladores Urbanos de Argentina (C.E.D.U.), entre otros.
Al consultarle sobre su visión de los escenarios futuros del sector, el empresario responde: “Mi percepción es que el próximo año será muy bueno para el desarrollo inmobiliario en nuestro país. Nuestro sector es muy pro-cíclico y venimos de una larga recesión. En cuanto mejore un poco el ánimo de la gente, las oportunidades inmobiliarias empezarán a ser consideradas con atención por el mercado, como siempre ocurrió. Solo que esta vez nos encontrará con precios sólidos y altos en dólares, y costos muy abaratados.
Sostiene que quienes estén preparados para hacer lanzamientos en el primer semestre del 2020, a precios que llamen la atención por tener incorporados los nuevos costos de obra post devaluación, se encontrarán con una grata sorpresa e insta a los colegas a trabajar puertas adentro para estar listos para ese momento, y agrega: “Recordemos que el ‘timing’ es clave en nuestra industria”.
En primer lugar, es urgente animar a los argentinos a volver a invertir en ladrillos. Para eso hay que desalentar los cambios anunciados a la ley de alquileres y los aumentos de impuestos al patrimonio inmobiliario.
Respecto de la asfixiante carga impositiva, todo alivio sería bienvenido para acercarnos a lo que tienen en Uruguay para Vivienda Social. Un sistema de blanqueo que oriente los fondos a sincerar a compras en pozo, estaría muy bien.
Obviamente, más relevante que lo antedicho, sería generar las condiciones macro de confianza que alienten la vuelta de la inversión en ladrillos, y un tipo de cambio que lo vuelva atractivo. Si todo ello sucediera, el sector empezaría a reactivarse construyendo para el segmento medio-alto, no dependiente del crédito hipotecario hoy inexistente.
En paralelo, habrá que ir avanzando en generar las condiciones para que se pueda construir para los estratos socioeconómicos medios que necesitan financiamiento a largo plazo, para lo cual es básico bajar la inflación e implementar un sistema de fondeo sustentable, lo cual supone una compleja gestión.
De ese modo podríamos acercarnos paulatinamente a lo que en el resto de Latinoamérica es normal. Y, en la medida en que las cuentas fiscales lo vayan permitiendo, habría que ir bajando a los estratos socioeconómicos a ser atenidos con subsidios, como existe en Chile, complementándolo con créditos hipotecarios de mercado. Es clave que ello se haga limitando la intervención del Estado a la atención de la demanda, y dejando el rol del desarrollo, tanto como sea posible, en el sector privado para que opere en forma competitiva.
Por Addy Kacero
Asimismo, se atreve a plantear el siguiente cuestionamiento: “¿Qué les querríamos proponer los desarrolladores a las futuras autoridades?”