En un contexto de incertidumbre mundial producto de la caída del petróleo y el avance del coronavirus, la inversión en pozo aparece como la mejor opción para sacar los ahorros de un estado ocioso sin perder seguridad ni ganancias. Por eso te invitamos a repasar qué debemos tener en cuenta antes de entrar en el negocio.
Lo principal es saber qué es lo que queremos de esto. ¿Para qué invertir? ¿Para generar ganancias en corto plazo? ¿Para generar una renta a largo plazo? ¿Estás buscando nueva vivienda? Tenes en claro el punto de partida en lo principal para medir y controlar la inversión. “Un proyecto tiene muchas variantes, por eso es importante hacer foco en aquello que atañe al objetivo. Si pensas vender en corto vas a estar atento a las cuestiones que afectan para bien y mal a ese objetivo puntual. Si estás buscando un lugar para vivir el resto de tu vida vas a mirar detalles que si lo que te interesa es la renta no vas a prestarles atención”, expresa Cristian Astolfi, Ingeniero y socio-gerente de FIAL Desarrollos & Construcción.
Sacar cuentas. Una inversión de pozo debería ahorrar entre el 20 y el 30% del valor final del inmueble. Siempre la variación depende de la calidad y la velocidad. Por eso es importante evaluar esas variables previamente: Inversión, tiempo de construcción estipulada y precio final del inmueble. “Cuando invertís tenés que comparar cómo y sobre todo cuándo retorna esa inversión. Un proyecto a largo plazo permite al desarrollador achicar el riesgo atravesando los distintos vaivenes de la economía y dar más financiación a los compradores, mientras que un proyecto corto permite mejorar los rendimientos al bajar los tiempos", se pregunta Juan Ignacio Ferrer, socio-gerente de FIAL, ante la consulta de La Capital.
Ante ese interrogante, resulta imperioso informarse sobre el proyecto más allá de los metros cuadrados, la ubicación y las terminaciones, cosas que también son importantes. ¿Con quién estoy hablando? ¿Tiene todos los permisos necesarios? “Tu inversión será manejada por un tercero, por lo que ese tercero deberá -más allá de cualquier papel y contrato- demostrar confianza y transparencia además de mostrarse presente y expresarse con claridad. Los grises son el germen de la confusión”, explica Astolfi.
Antes de cerrar trato se recomienda pedir un cronograma del proyecto para poder exigir una rendición de cuentas acorde a la inversión que uno está haciendo. “Pautas claras y concisas. Etapas del proyecto, duración de cada uno, variables de ajuste, método de comunicación y reuniones periódicas con minutas preacordadas”, suma Ferrer y también agrega “sin un plan escrito el inversor se encuentra en terreno desconocido y a oscuras, el desarrollador está obligado a acompañar e iluminar para llegar al objetivo en tiempo y forma”.
FIAL Desarrollos & Construcción tiene tres proyectos con posibilidades de inversión:
* En calle Santiago al 800, zona de hospitales y epicentro del paseo Bv. Oroño, está desarrollando un edificio de pisos exclusivo, espacios amplios, terminaciones de calidad y posibilidad de concheras.
* En calle Dorrego al 300, zona intermedia entre el centro comercial de la ciudad y la zona de restaurant y ocio más importante de la ciudad, Son 8 pisos exclusivos de 3 dormitorios con balcones espaciosos que incluyen parrilla, azotea de uso exclusivo para pisos superiores y terminaciones de alta gama. También cuenta con cocheras.
* El tercero está ubicado en Mendoza 1400, a metro de calle Corrientes. Aquí se desarrolla un edificio de 10 pisos con azotea, quincho y parrilla en cada uno de sus unidades. Departamentos que explotan al máximo cada uno de sus metros cuadrados pensando en usuarios que puedan aprovechar la ubicación y la conexión de transporte público que otorga la misma. También cuenta con cocheras.
Para contactarse con FIAL alcanza con visitar su sitio web fialdesarrollos.com o través de sus perfiles de redes sociales en Instagram o Facebook.
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