Las dificultades en el acceso a la vivienda es una de las grandes deudas sin resolver de los últimos 30 años. Las diversas medidas adoptadas por cada gobierno de turno, nunca pudieron solucionar la problemática. Año a año el déficit habitacional aumenta progresivamente (en la actualidad alcanzaría los 3,8 millones), mientras que no existe una política de estado que pueda mantenerse en el tiempo, independientemente del gobierno del momento. 
El Colegio de Corredores Inmobiliarios de la Segunda Circunscripción (COCIR), participa activamente de los diferentes espacios que abordan la problemática en los ámbitos estatales. Tanto a nivel local a través de la Secretaría de Planeamiento, como así también en el ámbito provincial, a través de las diferentes autoridades pertinentes.

El pasado mes de Septiembre de 2020, COCIR se inscribió en el registro de de instituciones argentinas ligadas al acceso al hábitat, las políticas de suelo y la gestión territorial junto a unidades académicas, gremios, organizaciones sociales, cámaras empresariales y colegios profesionales a través de la Subsecretaría de Política de Suelo y Urbanismo dependiente del Ministerio de Desarrollo Territorial y Hábitat de la Nación. El principal objetivo del espacio es trabajar en las cuestiones atinentes al Plan Nacional de Suelo Urbano, en un ámbito de participación, deliberación, concertación, asesoramiento, elaboración,

análisis y evaluación de iniciativas, como así también de difusión, debate y facilitación de instrumentos inherentes al acceso al suelo y la vivienda. 

El último martes, el presidente Alberto Fernández anunció el programa Créditos Casa Propia, que incluye 87.000 créditos para la refacción y la construcción de viviendas nuevas en todo el país. Para entender el alcance de la problemática y el impacto que podría tener el nuevo plan dialogamos con Cintia Barenboim, quien es Arquitecta (FAPyD-UNR) Investigadora adjunta del CONICET, Magister en Planificación Urbana-Regional (FADU-UBA) y Doctora en Geografía, orientación urbana (FYL-UBA). Posee un Posdoctorado en Segregación socio-espacial y valoración inmobiliaria (CURDIUR-UNR). Trabajó en estudios y análisis de las diferentes transformaciones urbanas y sociales que vivió Rosario en los últimos años.

A través de diferentes artículos publicados por el Concejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET) y en la actualidad es docente de la Universidad Nacional de Rosario (UNR) y de la Universidad Abierta Interamericana (UAI). En relación a la Casa Propia y las 87.000 soluciones habitacionales, aseguró que “es algo muy positivo, y un número importante. Si bien se estima que el déficit habitacional para el 2020 en argentina es de 3.800.000 viviendas, es una cifra a tener en cuenta por el contexto de pandemia más la crisis económica y social. En ese sentido tiene algunos elementos importantes como es la accesibilidad que tiene este crédito a través de la tasa cero más el índice HoG.ar, este porcentaje total se mide en función a los ingresos salarios de la persona.  Siendo esto muy importante, los créditos Procrear se tomaban en base a una tasa de interés fija y luego variable en función a la inflación. Entiendo que este número tiene que ser inicial, probablemente se amplíe pero es interesante por cómo se da en un contexto tan drástico. Otro elemento, también importante, es el de generar trabajo y mano de obra a través de contratistas más los empleos que giran en torno a los pequeños estudios de arquitectura que terminan dinamizando la economía. En este contexto de pandemia es sumamente positivo.”

Respecto al acceso a la tierra consideró que “hay otro elemento importante que ha realizado el Ministerio de Desarrollo y Hábitat que es el plan nacional de suelo urbano, porque ejecuta y da el financiamiento para el suelo urbanizable con servicios. Muchas veces, el acceso al suelo es una problemática por ser muy caro dentro de las ciudades, obligando a la gente a buscar loteos en las afueras de las periferias, siendo esta la periferia de la periferia. A raíz de la experiencia del plan Procrear, se trabajó como problemática, ya que termina siendo el cuello de botella para que la gente pueda acceder a la compra a un terreno con servicios y es por ello la existencia de este plan.” 

Consultada acerca del cambio de paradigma conceptual de vivienda social a digna, para la Arquitecta Barenboim "es algo positivo ya que desde la mirada del gobierno lo ven como un derecho y que su construcción como parte indispensable de un proceso colectivo. De este modo, sostienen que la vivienda es un lugar donde cada familia tiene la posibilidad de crecer y desarrollarse sustentablemente. Es en sí un concepto más amplio que el de vivienda social, ya que lo social es lo mínimo para cumplir con quien necesite una vivienda. En cambio la vivienda digna, que es un derecho declarado en la constitución, a pesar que no siempre se cumpla, comprende no solamente su hábitat sino que tiene que ver con la calidad constructiva, con la asequibilidad tanto en el precio de la vivienda como en el alquiler que se llegara a tener. Que además tenga toda la infraestructura básica (agua, luz, gas natural, desagües), hablando también de servicios básicos en la actualidad como internet. También que estén emplazadas en área seguras a nivel de suelos, es decir no áreas inundables al igual que es muy importante la seguridad jurídica para que las personas tengan una escritura o bien contrato que los vinculen al mercado formal y no informal.”