El sector desarrollador de vivienda privada en la ciudad entró en cuarentena y a diferencia de otras industrias y sectores, que se pueden adaptar y generar alternativas de producción a distancia, acá la producción es con mano de obra intensiva y en el lugar.
Esto no responde a un avance mayor o menor de tecnología aplicada. Si es real que sólo algunas empresas están trabajando con tecnología como por ejemplo Building Information Modeling (BIM) como herramienta disruptiva para sistematizar el trabajo y “construir antes de construir”. Se trata de una plataforma que permite involucrar a todos los actores de la construcción en la coordinación anticipada de las obras, trabajando colaborativamente y optimizando la fase proyectual y constructiva. A eso también se lo puede combinar con el Lean Construction, como filosofía de trabajo y organización cultural de la empresa, para llevar a la realidad física aquello diseñado en modelos de computadora. Desde entonces, este conjunto de herramientas les posibilita anticiparse a posibles desvíos, optimizando los tiempos, costos y el mantenimiento futuro.
Por supuesto que hay otras plataformas, a modo de ejemplo se nombraron estas. Está claro que esta tecnología genera una distancia entre las empresas que lo implementan y las que no, en tiempo, en uso de materiales y control total de la obra. Resolución de errores o anticipación de conflictos futuros. Pero a la hora de producción, de edificación de las unidades de vivienda todas las empresas necesitan a los trabajadores de la construcción en obra. Todas necesitan a los sobrestantes técnicos para replantear los proyectos en el lugar. Se necesita la descarga de materiales y el trabajo mecánico para transformarlos en mampostería, cielorraso, contrapiso, etc.
Similar situación tiene la cadena de valor del sector constructor que involucra a más de 60 industrias conexas conformando un engranaje con enorme derrame de capital y de empleo. Las industrias que generan bienes y servicios para la construcción -desde pinturerías, corralones de materiales, cementeras, madereras o las propias inmobiliarias-, es el mayor generador de capital y trabajo en la ciudad. Pero todo esto lo realizan personas interactuando. Sin obra, al no poder estar en actividad todo se para indefectiblemente, la compra y descarga de materiales, las terminaciones y avances de la producción. Pero justamente por esta razón, por la importancia de los trabadores de obra, la totalidad de las empresas que como actividad principal es la construcción de vivienda, siguen pagando sueldos y sostienen a todo el plantel, tanto el de oficina, técnico y de ejecución como albañiles que están esperando la autorización para volver a la obra y producir vivienda.
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