La nueva fisonomía en los alrededores de la estación conformó uno de los sectores urbanos con mayor potencial inmobiliario en la ciudad
Rosario Norte es la principal estación ferroviaria de la ciudad. Su funcionamiento exhibe la determinante y germinal incidencia del ferrocarril en el desarrollo urbano y cultural de Rosario. A pesar de incomprensibles postergaciones, de incertidumbres y de promesas incumplidas, su valor estratégico le valió para seguir sobreviviendo como hito ineludible y referencial. Siempre batallando contra un pasado que nunca se animó a inventar el futuro que llegó a insinuar en sus albores. Siempre atada a los vaivenes de los tiempos políticos de turno. Siempre dispuesta a dar válido testimonio de las transformaciones que siguen atravesando la ciudad y sus protagonistas.
Con perceptibles guiños de complicidad con barrio Pichincha, mirando de reojo la irrupción y la opulencia de Puerto Norte, esta zona se convirtió en sinónimo de crecimiento a través de hallazgos sorprendentes, anclajes históricos y flashes de memoria emotiva que continúan merodeando su cotidianeidad. Ese particular marco de contrastes define sus trazos, sus encantos, e inventa postales que actúan como focos de atracción para pequeños, medianos y grandes inversores del mercado inmobiliario local.
Esta nueva fisonomía en los alrededores de esta antigua estación conformó uno de los sectores urbanos con mayor potencial de crecimiento inmobiliario en la ciudad. Por eso, en la actualidad muchos desarrollos de gran envergadura auguran un escenario de expectativas y más realizaciones.
A pocos metros de Rosario Norte, Pichincha se viste como uno de los corredores gastronómicos más importantes de la ciudad. Las cervecerías, los bares y los restaurantes, y la pasión que expresan los rosarinos para encontrarse y disfrutar de esos locales, generan recorridos que entrelazan la historia con nuevos usos contemporáneos.
Con ese perfil, las calles del barrio todavía mezclan atavíos urbanos, bordeando paisajes ferroportuarios, antiguos rastros de una impronta prostibularia, y terrenos que exponen la reconversión que atravesó Rosario. Con esos gestos de predisposición, la zona sigue incorporando mixturas y nuevos atractivos.
Vale recordar que la calle Pichincha era la arteria que reunía la mayor cantidad de burdeles y prostíbulos. En esas cuadras se forjaron mitos, leyendas y recuerdos de una zona de la noche que albergó “casas de tolerancia”, y fue testigo del accionar de la mafia y las madamas del barrio. El prostíbulo más famoso por su refinamiento era el de Madame Safó (Pichincha entre Brown y Güemes).
Por su atracción, ese pasado prostibulario comenzó a generar interés de escritores e historiadores en la segunda mitad del siglo XX, y tuvo su período de auge entre 1911 y 1932, año este último en que se sancionó la ordenanza que prohibió el funcionamiento de ese tipo de casas.
Un sitio de atracción hasta la década del 60 fue el teatro Casino, de Ricchieri y Jujuy, “sólo para hombres”, en el que se exhibía películas y se hacían espectáculos en vivo, y en el que llegó a actuar Carlos Gardel.
El desarrollo comercial de la zona estuvo esencialmente marcado por la expansión de la actividad ferroviaria. La Estación Sunchales, como se llamaba a Rosario Norte, era la puerta de ingreso a la pujante Rosario, a donde arribaban los principales personajes de la época, y miles de inmigrantes de todos los rincones del mundo.
En 1991, con el cierre del Ferrocarril Mitre, la zona fue perdiendo uno de los rasgos más distintivos de su identidad: el ferroviario. Cinco años después, desde el Concejo Municipal le pusieron el nombre de “Barrio Alberto Olmedo”, en homenaje a uno de sus hijos más famosos, quien además pasó a contar con su esquina y una estatua, en la que muchos turistas pasan a sacarse fotos.
Contextura propia
La estación Rosario Norte está ubicada en la avenida Aristóbulo del Valle en la intersección con Callao, donde el norte comienza a tener una contextura urbana propia. Su red ferroviaria pertenece al Ferrocarril General Bartolomé Mitre y forma parte del ramal Rosario-Retiro. Si bien, su actualidad dista mucho del brillo que supo ostentar, sigue funcionando como terminal de servicio. Desde su plataforma se pueden tomar servicios interurbanos de carga y de pasajeros a Tucumán, a Córdoba y también a Buenos Aires. Operados por Trenes Argentinos Operaciones y Nuevo Central Argentino.
Esta estación se habilitó en 1885 y se transformó en la primera línea en unir las ciudades de Rosario y Buenos Aires. Ese trayecto continuaba su recorrido al noroeste y atravesaba varias provincias hasta alcanzar la ciudad de San Miguel de Tucumán.
En aquellos tiempos, a la terminal se la denominada Estación Sunchales, y esa línea férrea unía, ya desde 1886, en apenas cuatro horas, las dos ciudades más importantes de la Argentina. Los principales accesos a la Estación Sunchales eran las calles Plata (actual Ovidio Lagos), Callao, Rodríguez o por avenida Wheelwright. Sin embargo, el barrio con el paso del tiempo fue más reconocido por una de sus calles: Pichincha, así denominada en homenaje al triunfo patriota en la batalla homónima, en 1822, en la lucha por la Emancipación.
En 1908, en el marco de un gran crecimiento de la ciudad y de sus necesidades de vinculación, se fusionaron las compañías Ferrocarril Buenos Aires a Rosario y Ferrocarril Central Argentino, y la estación se reservó para los viajes de larga distancias y servicios expresos.
De acuerdo a los registros de los especialistas, entre 1935 y 1940, en plena etapa de apogeo de la red de ferrocarriles en el país, por la estación Rosario Norte pasaban 800 pasajeros diarios.
Los servicios de trenes siempre estuvieron relacionados a las decisiones políticas de los gobiernos de turno que no siempre fueron en la misma dirección. En 1977, casi todos los servicios locales y de media distancia fueron cancelados.
La década del 90 y sus políticas privatizadoras también dejaron una dolorosa huella y redujo casi a cero su actividad. En 1991, el gobierno nacional eliminó los servicios de pasajeros de larga distancia, mientras que los servicios de carga se privatizaron. Y en ese marco de angustia, en julio de 1992 dejaron de circular los trenes a Buenos Aires, y en 1993 los servicios a Córdoba, Tucumán y Resistencia.
Sobre finales de esa década su movimiento resurgió cuando la Municipalidad de Rosario determinó una importante reforma que le otorgó usos con fines administrativos. En junio de 1999 se instaló la Secretaría de Cultura y Educación del municipio, compartiendo las instalaciones con Tucumán Ferrocarriles y con Nuevo Central Argentino (NCA).
En el arranque del 2000 continuaron las restauraciones se fueron agregando servicios, entre ellos el centro de documentación del Renaper (Registro Nacional de las Personas). En 2014 la empresa estatal Trenes Argentinos Operaciones se hizo cargo del servicio. Y, en 2016, los trenes regresaron a Rosario Norte, luego de una esforzada tarea de liberación de vías.
De esa manera, posicionada con brazos abiertos, la estación Rosario Norte sigue siendo testigo de una importante reconversión urbana y de una gran cantidad de emprendimientos inmobiliarios que garantizan el crecimiento de una de las zonas más buscadas por los rosarinos.
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