El entramado del microcentro rosarino es atravesado por tradicionales galerías que todavía pugnan por mantener sus propuestas comerciales. Con mucho esfuerzo, contra las dificultades económicas y contra el paso irónico del tiempo, continúan dando batalla. Conforman venas que mantienen el pulso del casco histórico, a través de recuerdos en tiempo siempre presente, y que se siguen animando a proyectar el futuro, a pesar de todo.

El primer mojón

El primer mojón en la zona céntrica fue el Pasaje Pan (Córdoba 954). Inaugurado en 1899, se convirtió en la galería más antigua de Rosario. De estilo ecléctico-académico, todavía contiene locales relacionados con una gran cantidad de expresiones artísticas del arte y la cultura local. Artesanos, diseñadores y músicos, luthiers mostraron sus obras y le dieron vida y valor histórico a este emblemático paso, que llega hasta calle Santa Fe.

El pasaje alberga atractivos arquitectónicos que le otorgan una sello de identidad, y representa una cita obligada para los visitantes de la zona céntrica.

La construcción de este pasaje se desarrolló en dos tramos temporales. En 1899 se concluyó la primera etapa, en la que se realizó la salida sobre calle Santa Fe. En tanto, en 1914 se finalizó la segunda etapa, terminando la salida a calle Córdoba 954.Tiene algunas perlas constructivas como el ascensor, situado a la izquierda del ingreso por calle Córdoba, que fue el tercero instalado en la ciudad. Ese ascensor es uno de los pocos que todavía mantiene su motor abajo, ya que ahora se colocan en la parte superior.

El interior del pasaje siempre aportó un clima de inspiración. Y en su existencia siempre contó con estudios de profesionales y artistas, oficinas, locales relacionados al arte y tareas afines, sedes de instituciones, y talleres y aulas con vista al público.


 Una galería alrededor de la tienda

Donde funcionaba el cine Córdoba (Sarmiento 846), un edificio de estilo mudéjar inspirado en La Alahambra que cerró en 1958, sin dejar huellas tangibles de su existencia. Diez años después, se realizó la galería La Favorita, un recorrido comercial que rodeaba la tienda que tenía el mismo nombre. Con ingresos por la peatonal Córdoba y por calle Sarmiento, también incluye un edificio de oficinas y otro de departamentos.

Esa apuesta remarca el valor y el icónico rol que ocupaba la tienda La Favorita en la ciudad. Cuenta con locales comerciales de muchos rubros, tanto en planta baja como en planta alta. También sus pequeñas islas representan coloridos atractivos.

El subsuelo también cuenta con propuestas comerciales interesantes, para tomar café, y tiene talleres de arreglos y compostura.   

 
Inauguración Galería Libertad

En el cruce de las peatonales

Otro de los puntos tradicionales del centro rosarino es la galería Victoria Mall. Aquel edificio que perteneció a la famosa tienda inglesa Gath y Chaves, ahora contiene otra propuesta renovada, que ya conforma parte de los tesoros patrimoniales más importantes de la ciudad.

Construido en 1927, su estilo arquitectónico es eclecticismo academicismo. Tiene accesos por las peatonales Córdoba y San Martín, y cuenta con una pequeña y bella fuente en el hall de ingreso.

Tiene sótano y cinco pisos de oficinas, edificados sobre columnas que dan encuadre a grandes vidrieras con atractivos adornos de bronce. Su fachada está revestida de mármol veteado negro y marfil con zócalos negros. Y la carpintería lustrada y los pisos de madera le otorgan caracteristicas muy particulares a esta intersección.

Tras el cierre de la tienda en 1975, la galería conservó su papel de referencia indiscutida dentro de los recorridos céntricos más destacados.          

Sinónimo de Rosario

Para exponer el empuje de la sociedad rosarina y el apogeo de la modernidad de los años 50, nació la Galería Rosario (Sarmiento 859), un proyecto de los arquitectos Jiménez Rafuls, Solari Viglieno, Candia, Facchini y Oudkerk. Promovida por Candia & Cía, fue inaugurada el 25 de mayo de 1956, una fecha que buscó representar un homenaje patrio. Fue el primer centro comercial bajo techo de la ciudad, y desde sus orígenes se convirtió en sello de identidad rosarina, en pleno centro.

Esta galería tiene murales del artista Julio Vanzo, que se pueden disfrutar durante su recorrido. Ese rasgo distintivo la llevó a ser considerada “la galería de Vanzo”. La obra “El Arado”, en la escalera principal del hall central, y un guiño artístico a la esencia futbolera de la ciudad, engalanan el interior de este paseo comercial.

En 1992 fue declarada de valor patrimonial y sigue vigente como ícono de la zona céntrica de la ciudad. Con permanentes actualizaciones, se amoldó a las demandas de cada época, y continúa exponiendo una variada y sostenida oferta comercial. Siempre con un acento muy rosarino, su ascendencia simboliza a la galería de la ciudad.

Estas son algunas de la gran cantidad de propuestas que todavía mantienen el centro, sus peatonales y sus galerías. El foco comercial todavía anida en estos emotivos recorridos que marcaron de manera indeleble la vida de los rosarinos, y que en esta etapa de fin de año siguen asomando como grandes protagonistas.