La importancia de la función del Corredor Inmobiliario a la hora de cerrar una operación
Por Bruno Capucci, Corredor Inmobiliaria MAT. 469 - Socio CEIR -
En un contexto donde se advierte una mayor presencia de la tecnología que, como es sabido, redunda en un gran caudal de ofertas e información valiosa -y no tanto- al alcance de todos, pareciera que el rol de los corredores inmobiliarios se habría relativizado comenzando, incluso, a experimentar una crítica desmedida.
Ello, sumado a que tiende a identificarse la función del mismo, a la de un simple vendedor a quien solo le importa “cerrar una operación inmobiliaria”para cobrar su comisión lo más rápido posible.
Ahora bien, la diferencia entre el simple “vendedor” que intermedia en una operación de dichas características y el “asesor –corredor- inmobiliario”, radica en la función que este último desempeña. La misma, no sólo supone el conocimiento por el corredor de las partes que intervendrán en dicha operación, indagando el deseo último de ellas a la hora de emprender su búsqueda en el mercado inmobiliario sino que involucra, también, el estudio de los condicionantes que pueden presentarse a la hora de alcanzar dicho objetivo (ya sean de índole económica, financiera, legal, etc.) como las circunstancias y tendencias siempre cambiantes del mercado. En esa aspiración, el corredor deberá necesariamente hacer un seguimiento de las partes y el contexto en general, hasta llegar al momento en que las mismas hayan alcanzado el convencimiento de avanzar y “concretar” la operación inmobiliaria.
Ahora bien, atento el actual contexto donde la tecnología permite que información de la más variada esté al alcance y en conocimiento del público en general, la función del asesor inmobiliario ha mutado, complejizándose. Veamos:
Sabido es que la mera necesidad, en ocasiones, de tener que mudarnos, genera mucho estrés. Lo mismo sucede cuando surge la inquietud de realizar una inversión inmobiliaria. La mayoría de las personas investigan en el basto mundo de internet, viendo y cotejando precios muy dispares en inmuebles relativamente similares. Ello, sumado a la creencia instalada según la cual se tiende a pensar de quien vende busca su mayor beneficio, en detrimento del interés de quien compra y viceversa.
Es ahí cuando la intermediación del asesor inmobiliario cumple un rol fundamental para llevar adelante dicha operación, conociendo los miedos, las incertidumbres y las aspiraciones de cada parte. La función primordial consistirá, entonces, en seleccionar aquella información útil que permita a ambas obtener su total beneficio, generando un “ganar ganar” para las mismas.
De allí que puede concluirse que la labor del asesor inmobiliario, su trabajo, no solo consiste en mostrar un inmueble o arrimar un comprador y/o un vendedor a su contraparte, sino en realizar una precisa y útil selección de la vasta información que nuestro mundo tecnológico pone a nuestra disposición, explorar alternativas, proponiendo a las partes diferentes escenarios, y generando esa empatía con sus clientes para conocer a fondo cuáles son sus intereses reales.
Por eso es fundamental la presencia de un intermediario, un profesional que conozca el rubro, un asesor en quien usted pueda confiar, que facilite esa búsqueda y en quien, fundamentalmente, Ud. pueda descansar en las capacidades de su asesor inmobiliario que hará todos sus mayores esfuerzos por encontrar la mejor alternativa que cumpla sus deseos y expectativas.
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