En el día a día tomamos decisiones en base a qué actividades vamos realizar, en finanzas tomamos decisiones en base a que activos vamos comprar o vender.
German Messina – Especialista en Finanzas - Asesor de CEIR
Hay muchas formas de definir el riesgo. Nosotros vamos a optar por una de las explicaciones más amplias; al riesgo simplemente lo vamos a entender como aquel suceso por el cual “se puede dar más de un acontecimiento.” Es decir, existe riesgo cuando el futuro puede tener más de un resultado posible, se puede dar más de una posibilidad o escenario.
La mayoría de nosotros al tomar nuestras decisiones tratamos en lo posible de minimizar los riesgos que se puedan producir. Por ejemplo, cuando manejamos usamos el cinturón de seguridad, miramos a ambos lados antes de cruzar la calle, etc.
Pero lo importante a destacar es que en todas esas decisiones nosotros asumimos el riesgo. No decidimos “no manejar” o “no cruzar la calle”, pero tomamos los recaudos necesarios para minimizarlo.
Este hecho es relevante ya que en finanzas se asume justamente eso: “los inversores son adversos al riesgo.” Esta adversidad no implica que las personas no quieran asumirlo, sino por el contrario, están dispuestas a correr el riesgo si la recompensa es mayor a lo asumido. En el ejemplo cruzar la calle (riesgo), es menor a llegar del otro lado, (recompensa).
Como podemos ver nuestras decisiones financieras siguen el mismo estilo que el resto de nuestras decisiones. La “regla”, o el “método” no es diferente, sino que la diferencia radica en la clase de actividades (activos) a los que se aplican.
En el día a día tomamos decisiones en base a qué actividades vamos realizar, en finanzas tomamos decisiones en base a que activos vamos comprar o vender. Pero el criterio, la forma en que se toma la decisión, es similar.
En finanzas las personas deciden entre activos de mayor riesgo o menor riesgo de la misma manera que en el resto de sus actividades. Cuando deciden comprar un activo es porque la recompensa que esperan es mayor al riesgo que asumen.
Así como cada uno de nosotros realiza diferentes actividades con diferentes grados de riesgo, en finanzas existen diferentes activos con diferentes grados de riesgo. Los bonos generalmente son actividades de bajo riesgo, en comparación con las acciones. Y la compra de bienes reales, inmuebles, serían como las actividades que realizamos todos los días (cruzar la calle). De ahí en adelante, las actividades (activos) se vuelven más riesgosos.
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