C.I. JAVIER A. PONCET – MAT Nº 0956 - Socio y Directivo CEIR
Difícil es el escenario por el que atraviesa el rubro por estos tiempos, cambiante y poco cierto. Hoy las inmobiliarias enfrentan nuevos escenarios, herramientas y tecnologías que cambiaron el paradigma de los negocios ¿cómo aumentar la productividad sosteniendo al mismo tiempo las fuentes laborales? revisando costos y gastos, redireccionando fondos en publicidad más eficientes y reorganizando las estructuras sin deteriorar los estándares mínimos de calidad.
Desde hace varios meses, las inmobiliarias están pasando un momento realmente difícil, complejo, cargado de incertidumbre, no solo por las consecuencias negativas de la economía actual, y la ausencia de herramientas financieras que contribuyan al incentivo real de la inversión inmobiliaria, sino también por la falta de claridad respecto del servicio que se presta, puesta de manifiesto muchas veces por diferentes sectores de la sociedad. He aquí, un gran desafío.
En efecto, la intermediación entre la oferta y la demanda inmobiliaria que por cierto, no es forzosa sino que muy por el contrario, siempre es optativa para los clientes y potenciales inversores, tiene como pilares fundamentales para los profesionales que la ejercen, el desafío supremo y constante, de la responsabilidad y el compromiso para con ellos, en todas y en cada una de las operaciones inmobiliarias en las que se participe, constituyéndose la profesionalidad, no solo sobre las cualidades de un buen negociador, sino también y fundamentalmente, sobre la seguridad, la ética, la confianza y la calidez que se suscite sobre sus relaciones interpersonales como así también en los resultados acaecidos, producto del trabajo realizado, generalmente, a lo largo del tiempo.
Ante ello, la profundización de los esfuerzos cotidianos sin dudas no puede ser más que positivo; desafío que sistemáticamente se promueve desde la Corporación de Empresas Inmobiliarias de Rosario (CEIR) y se entiende fructífero en tanto indefectiblemente sus resultados redundarían en beneficios concretos y tangibles, para todos los actores del rubro inmobiliario, fundamentalmente para los inquilinos, y que también tendría su impacto positivo sobre las potenciales víctimas de quienes ejercen ilegalmente la profesión, muchas veces encubiertos bajo formatos comerciales poco claros, sobre quienes deben extremarse las medidas de control, en tanto su actividad resulta perjudicial para unos y otros. He aquí, un gran desafío.
Desde el C.E.I.R., constantemente proponemos la capacitación y la formación de nuestros socios. Estamos en la búsqueda permanente de alternativas comerciales, basados en estadísticas reales y concretas del mercado actual que nosotros mismos generamos desde nuestros departamentos internos, y desde ahí, proyectamos escenarios y desarrollamos nuevas herramientas en comunicación al alcance de nuestros clientes. Día a día la forma de comercializar muta, cambia, a veces incluso hasta el punto de dejar atrás el contacto personal, tan necesario en la búsqueda del conocimiento de las necesidades reales de nuestros clientes. En ese camino, surgió un nuevo mecanismo o espacio llamado “Ronda de Negocios CEIR”, basado en reuniones periódicas entre los socios donde se exponen y se segmentan las búsquedas, los requerimientos y los ofrecimientos de nuestros clientes, abriendo un sinfín de alternativas, asesorándolos y asesorándonos, entre las inmobiliarias que forman parte de este espacio y asumimos que hay mucho trabajo por hacer en la búsqueda de nuevas formas de hacer buenos negocios. Estamos convencidos que la jerarquización de la actividad y la de sus profesionales es el camino a seguir.
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