Entrevista con Sebastián Dib Kai, presidente de la Cámara de Corredores Inmobiliarios de Rosario
-Llegando a fin de año, ¿cómo se podría resumir en pocas palabras la actividad inmobiliaria?
Este ha sido uno de los peores años para la actividad inmobiliaria, al menos en los últimos 20 años. Estamos atravesando una crisis económica muy larga, que ya lleva un año y medio. Para compararla con otros momentos complicados, como el que atravesamos en 2001, en ese momento fueron cinco o seis meses de baja actividad que luego se reactivó. Pero en este año tan particular, cada mes se fue decreciendo cada vez más.
Claro que con el cambio de gobierno y de políticas económicas, tenemos la esperanza de que las medidas que se vayan implementando sean un motor para la actividad económica en general y el sector inmobiliario en particular. Estamos convencidos de que si las reglas económicas son claras generan un mayor grado de certidumbre en la gente y en los inversores.
-¿Cómo cree que impacta el Plan de Emergencia en el Mercado Inmobiliario, al menos en estos días?
El impuesto del 30 % para la compra de dólares, incluido en la denominada Ley de Solidaridad y Reactivación Productiva, genera un cambio de pensamiento tanto para el vendedor como para el comprador. Entonces, en principio, esto se traduce en que algunos precios cambian, por lo que hoy percibimos que hay inmuebles sobre los que no podemos fijar un precio. Si se produce un aumento en el valor del dólar, los inmuebles que están en dólares, van a tener que bajar en moneda extranjera y subir en pesos. Pero en este lapso, estamos en una incertidumbre que genera que se paralice la actividad.
-En medio de esta retracción de la actividad, ¿cuál es la rentabilidad de un inmueble?
Hoy nos encontramos con la rentabilidad más baja de la historia. La misma, alcanza apenas el 2 o el 2,5% sin contar gastos de administración, bienes personales y gastos extraordinarios. En este contexto, las inmobiliarias debemos hacer una mediación entre locador y locatario, ya que el precio del alquiler resulta muy bajo para quien invirtió y es muy alto para el locatario, que cada vez le cuesta pagar el costo mensual.
-¿Cuál serían las medidas que podrían tomarse para generar una reactivación del sector?
Como ya he mencionado, lo principal es que haya reglas claras, precios definidos para animar a los inversores. Recordemos que a pesar de todo, el ladrillo sigue demostrando ser la inversión más segura por lo que aquellos sectores de mayores ingresos, como es el caso del campo, continúan apostando por los bienes inmuebles.
Para esto es fundamental que haya créditos hipotecarios, ya que en la actualidad, si comparamos el valor de una propiedad con los salarios que se necesitan para comprarla, la brecha es enorme.