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#Negocios e Inversión

La dolarización de la economía

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La dolarización de la economía es muy nociva para la actividad económica. La compra de dólares le quita pesos al mercado, disminuye el poder adquisitivo de los salarios, y posterga decisiones de inversión. Proyecciones y escenarios para los meses que vienen.

La economía argentina vive un proceso de dolarización de carteras. Esto hizo que en los últimos meses veamos un marcado descenso de los depósitos a plazo fijo en pesos, caída del stock de Lebac, y consecuentemente se sostuvieron los plazos fijos en dólares y subió el stock de Letes en dólares en el mercado.
Los plazos fijos en pesos ascendían a $ 702.551 millones, que equivalían a u$s 37.421 millones al mes de diciembre de 2017. En la actualidad los depósitos a plazo fijo suman $ 919.940 millones, que equivalen a u$s 31.874 millones.
En igual periodo los plazos fijos en dólares pasaron de u$s 7.424 a u$s 7.469 millones. Sin variación en el horizonte.
Las Lebac al 31 de diciembre se ubicaban en $ 1.000.592 millones, y hoy se ubican en $ 964.454 millones, medido en dólares pasaron de u$s 51.577 millones a u$s 32.148 millones.
Las Letes que a diciembre se ubicaban en u$s 12.943 millones, en la actualidad se ubican en torno de los u$s 19.000 millones.
Esto nos muestra que la devaluación permitió licuar la deuda en Lebac notablemente, y, por otro lado, generó que los inversores salieran de pesos para colocarse en dólares y salir a proteger sus ahorros. Esto generó una contracción económica muy fuerte en el segundo trimestre del año, que fue cuando operó la mayor suba del dólar.
En el primer trimestre el dólar pasa de $ 18,77 que fue el cierre de diciembre de 2017 a $ 20,14 al 31 de marzo pasado, lo que representa una suba del 7,3%. Sin embargo, al 30 de junio el dólar cierra en $ 28,86 con una suba del 43,3% en el trimestre, y esto castiga fuertemente a las carteras dolarizadas. En el primer semestre del año el dólar sube el 53,8% y en los últimos 12 meses el 73,8%.
Con estas subas del dólar, no queda otro remedio que ajustar fuertemente los insumos que están dolarizados como la energía eléctrica, gas y combustible. La nafta Premium a julio de 2018 subió el 48,7% el último año, y el gas oíl el 45,7%.

La devaluación del peso ayuda a licuar el enorme gasto público y permite cumplir las metas del FMI.

Con esta suba de insumos, y lo que aún resta por recuperar, esperamos una inflación en torno del 37% anual.
El dólar durante este semestre tuvo una suba muy importante, pero el gobierno no puede dejarlo correr a la suba, si lo hiciera la política de precios se complicaría. Si bien es cierto que el mercado nos indica que los precios están subiendo por debajo de la devaluación, no es menos cierto que en los últimos años ocurrió lo contrario y que estamos en una economía que de hecho está dolarizada.

El gobierno buscará contener el dólar, para que no siga generando externalidades negativas en los precios, y por ende en la estructura de costos de las compañías. La media de los consultores de mercado, ve al dólar en $ 30 para fin de 2018 y en $ 36 para 2019. El dólar futuro nos muestra un dólar de $ 34,25 para fin de año, y de $ 38,45 para junio del año 2019.
No descartamos que el dólar a fin de año se ubique en $ 32, y para junio del año próximo en torno de $ 36 el mismo valor que la media del mercado ve para fin de año. Todos hemos cambiado los pronósticos, la economía argentina se hizo impredecible, y el golpe se sentirá en la actividad económica.
El gobierno ve con buenos ojos la devaluación del peso, ya que le ayuda a licuar el enorme gasto público en pesos, y esto le permitiría cumplir las metas del FMI.
La inflación que el FMI toleraría para Argentina a fin de año rondaría el 32%, es a nuestro juicio una meta difícil de cumplir. Sin embargo, no habrá inconvenientes para cumplir la meta fiscal que es la más relevante.
Las reservas de la Argentina al 30 de junio serían de u$s 61.881 millones, encajes en bancos u$s13.458 millones, deuda BCRA sin Balanza de pagos u$s 23.125 millones, caja (incluye crédito FMI) u$s 13.458 millones. Saldo reservas reales: u$s 11.416 millones.

Conclusión

Argentina ha vivido en el segundo trimestre del año una alta dolarización de sus carteras, producto de un escenario de alta desconfianza sobre los activos argentinos, un menor nivel de exportaciones, suba de la tasa de interés internacional, y cambios profundos en el gabinete nacional y el Banco Central que dejaron como consecuencia la renuencia de los inversores en permanecer en moneda local.
La consecuencia es que el Merval se ubica en dólares en niveles por debajo del 2008.
Los títulos públicos argentinos de largo plazo rinden el 10% en dólares, con cotizaciones que se ubican por debajo de las observadas en la década pasada, cuando el país expropiaba YPF, estatizaba el Ansés y estaba en default de la deuda pública.
El castigo sobre los activos financieros argentinos es demasiado grande en comparación con otras épocas que vivió el país. Sin embargo, daría la impresión que la recesión que se avecina es mucho más grave que las recesiones vividas en los años 2012 y 2014.
La dolarización es una válvula de escape para los inversores que compran dólares y se sienten más seguros, pero de ningún modo aseguran una rentabilidad, o le da una oportunidad de mejora económica. Hasta que no vivamos la pesificación de los dólares comprados, la economía no se recuperaría en forma sostenida, tal vez hay que esperar que pasen las elecciones presidenciales del 2019, poco tiempo para grandes inversores, una vida para el común de los mortales.

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