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#Mercado

¿Por qué el inversor decide comprar un campo? 

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En los últimos 20 años, las tierras destinadas al agro en la pampa húmeda se capitalizaron el 500 %. Un análisis de las razones económicas y culturales que inclinan la balanza al momento de elegir invertir en una campo.

Damián Bonifazi - Banchio Propiedades.

Son diversos los motivos por los cuales un inversor se decide por la compra de un campo, pero hay dos que prevalecen: los económicos y los culturales, que vamos a analizar y diferenciar en el presente artículo.

La decisión de tomar posesión de un inmueble rural está más relacionada al análisis del contexto económico local y las perspectivas internacionales, que demuestran la evolución favorable en el precio de este activo. Aquí podemos incluir a aquellas personas cuya actividad principal no está vinculada al ambiente del agro, por el contrario, habitualmente se encuentran ligadas a la industria o al comercio. 

Un bien único, seguro y perdurable

En un país donde el pasado nos refleja una gran inseguridad jurídica, el resguardo de valor puede llegar a ser el principal motivo. De esta manera, el inversor tiene la plena seguridad de que su capital no tendrá riesgo alguno. Además, la capitalización patrimonial juega un papel muy importante. Si tomamos como referencia un campo de los más productivos, ubicado en el corazón de la pampa húmeda, en los últimos 20 años se capitalizó aproximadamente un 500%.  

La nula amortización convierte a la tierra como una inversión perfecta. Todos los campos, con un uso racional, pueden conservar sus características físicas a lo largo del tiempo sin tener ningún tipo de depreciación, sino por el contrario, desde el año 1900 sigue su valor en suba. 

La rentabilidad, si es medida como un hecho aislado, puede que no se muestre como un punto ganador en relación a otras alternativas de negocios. Normalmente no supera el 3% anual; pero estos inversores entienden que al no existir amortización, este número se transforma en muy apreciable, porque la misma va a existir por siempre.  

La tierra, al ser un bien irreproducible, se convierte en algo único. Como la palabra lo dice, significa que  no se puede fabricar o construir. Quien desee adquirir una propiedad, tiene que encontrar una parte vendedora dispuesta a intercambiarlo. Si bien se realizan operaciones libres, no se muestra un mercado totalmente fluido como puede ser el urbano.  

También podemos sumar el sentido de posesión; existen muchos inversores que se vinculan al mercado intangible, como puede ser Bonos o Acciones, pero  muchos necesitan de algún modo poder ver y tocar lo obtenido y una fracción de tierra cumple con creces esos requisitos. 

El campo como objetivo de vida

Con los productores agropecuarios nacen los motivos culturales. Éstos analizan también los motivos económicos, solo que su decisión va a tender a sumar la mayor cantidad de hectáreas, independientemente del contexto internacional a largo plazo. Ellos identifican a la adquisición de un campo como un objetivo de vida. 

Conclusión

Más allá de las razones de índole económica, la compra de un campo siempre tiene un componente emocional muy importante, se trate o no de personas relacionadas al ámbito agrario. Para muchos se trata de una inversión que toca un fibra muy sensible, ya que enlaza a la tierra con el deseo de despertar cada día con la satisfacción del sueño cumplido.

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